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El precio de los alquileres ha alcanzado por fin estatus de problema nacional. Empezó siendo un asunto particular de Barcelona, reducido al ámbito local, una consecuencia de la masificación que sufre la ciudad desde su apertura al resto del mundo en los años olímpicos. Tiempo después el mal de los alquileres prohibitivos acabó contagiándose a Madrid y, últimamente, no hay ciudad que no tenga un barrio antiguamente accesible reconvertido en semiguetto exclusivo.

¿Cuál es la solución? De momento, las partes que buscan la salida del laberinto inmobiliario no terminan de acordar una solución. El gobierno acaba de anunciar una medida restrictiva con la que penalizará a los propietarios de viviendas vacías, mientras que el sector ha cerrado filas rechazando la propuesta: creen que penalizar las viviendas vacías sólo servirá para subir el precio del alquiler.

En el blog de Fynkus abordamos el tema desde la perspectiva de los administradores de fincas, y para ello hablamos con José A. López Fernández, administrador titular de la empresa levantina López y López. Esto es lo que piensa del tema:

Pregunta: el alquiler turístico de pisos privados ha contribuido a disparar el precio de los alquileres en muchas fincas, desde la figura del administrador de fincas, ¿tienen alguna solución para este problema?

Respuesta: Yo creo que el alquiler turístico ha sido una salida para los propietarios que tenían viviendas y no podían alquilarlas. La solución se  resuelve con mayor regulación por parte de los Organismos Oficiales, mediante la acreditación de apartamento o vivienda turística, por ello es muy importante inscribir la vivienda en la Conselleria y depositar la fianza en el caso de que la vivienda este sujeta a un arrendamiento de larga duración.

P. El Consejo General de Administradores de Fincas quiere sacar adelante una reforma de la Ley de Propiedad Horizontal para acabar con  el filón de los propietarios. ¿La respaldan?

R. En ella no se pretende acabar con el filón de los propietarios, sino, lo que se pretende es que se regule mejor la convivencia, lo que implica un mayor compromiso por los propietarios con respecto a sus inquilinos, el mantenimiento de la vivienda, zonas comunes … Más que acabar con el filón es devolver a los propietarios la tranquilidad que en algunos casos no disponen.

P. ¿Cómo se administra una finca en la que conviven turistas con inquilinos de toda la vida?

R. La combinación es fatal, ya que algunos turistas, los elementos comunes no los tratan bien, o se comportan como tienen costumbre en su lugar de origen. Alquilan bicicletas y las dejan en el patio. Esto se podría solucionar si los propietarios de las viviendas turísticas les explican costumbres, normas, etc…. Los inquilinos de toda la vida, se comportan como propietarios, que se ven abrumados al igual que los propietarios por las molestias que suelen causar los alquileres turísticos..

P. ¿Y una finca en la que viven rentas altas con rentas bajas? Supongo que debe existir una tensión social y económica en ambos casos.

R. Normalmente no hay comunidades que tienen viviendas con alquileres altos o bajos, el precio está muy igualado. Sí que nos podemos encontrar con viviendas que los inquilinos son antiguos y los contratos no se pueden actualizar a las rentas de hoy en día, pero en estos casos el problema es de los propietarios a la hora de realizar mantenimientos en la Comunidad, porque a ellos o no les interesa no pueden pagar las derramas que se puedan  generar.

P. A menudo, en los debates sobre el precio del alquiler, se argumenta  que es muy difícil regularlo por ley, ¿qué medidas se pueden tomar para regular esta burbuja?

R. Entendemos que la mejor forma es tener una Ley de Arrendamientos Urbanos efectiva y ágil que permita actualizar las situaciones entre propietarios e inquilinos con la máxima facilidad y flexibilidad además de un mayor control por parte de los organismos oficiales.

P. ¿Cómo valoran la medida recién anunciada de penalizar a los propietarios de viviendas vacías?

R. La medida no es buena, entendemos que lo que se debe hacer en vez de penalizar es premiar, el mejor premio que se puede dar es crear una nueva Ley de Arrendamientos Urbanos que sea ágil y efectiva.